16 diciembre 2011

Mi primera "caja de pinturas"

 En aquella ocasión tuve que guardar cama durante dos o tres días, y me aburría; me aburría tanto que me puse a dibujar para amistarme con aquel interminable desfile de las horas. Tomé una libreta de papel cuadriculado y un lapicero, y fue tan fácil traer a este mundo al primer monigote que inmediatamente decidí la creación de un archivo de dibujos de convaleciente.
Conseguí una caja de zapatos, y allí fui guardándolos, depositando cada uno sobre el anterior, todos ellos -pobres- crucificados de ángulos rectos. Imaginé que, a base de tesón, ser artista, a fin de cuentas, no debía de ser muy difícil. Y seguí dibujando. Entre medias, la fiebre me acometía, y, acostado, miraba de reojo mi caja de dibujos, mi lapicero amarillo y negro con la coronilla roja y mi goma de borrar "MILAN 430"; hasta que me quedaba dormido.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

ME GUSTA ESTE BLOG, TUS HISTORIAS SON VIVENCIAS QUE TODOS HEMOS COMPARTIDO.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...