Arboles en Cristina-Enea. Óleo s/ cartón s/bastidor. Autor: Xabier Pérez |
no pedí para mí
el tiempo
ni estos ojos
emboscados de enemigos;
ni siquiera este
edificio de sangre oscura
donde la vida se
agazapa
contra mí,
palpitante,
pero hubiese
querido el asombro de tus ojos
en la primera
herida de la noche
que interrogaba el
azul de mis veranos
sin nadie.
y desconfío, sí,
de la minuciosidad
de los relojes,
de la espantosa
absolución de su carcajada solar
en plena cara de
tus insomnios.
como desconfío de
mí mismo,
caballo de troya
abandonado -¿por descuido?-
en el centro de una
fortaleza
que mi propio
pánico se entretuvo en levantar.
cuarenta y ocho horas sin hablar con nadie;
miro por la ventana
y me pregunto qué pensarán de mí
esos árboles.
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